▷ Plantea tus expectativas reales: comunica lo que buscas
Frecuentemente al inicio de una relación las personas tienen miedo a comunicar sin tapujos lo que buscan. Quizás estás en un momento en el que no quieres compromiso por el motivo que sea. O puede que ya te apetezca encontrar una pareja. Si trasmitimos al otro nuestras expectativas reales, daremos pie a que el otro nos cuente las suyas, veremos sin encajan y evitaremos malos entendidos.
Igualmente es recomendable trasmitir al otro qué buscamos en una relación. Buscamos una pareja con la que viajar, vivir, hacer muchos planes. O por el contrario preferimos una relación más relajada porque estamos en un momento vital de gran ocupación.
▷ Practica la autenticidad: comunica quién eres de verdad
Desde las primeras citas, atrevámonos a ser espontáneos. Esto pasa por comunicar abiertamente al otro nuestros gustos, intereses, aficiones, experiencias, necesidades y preferencias. Desde las más nimias a las más profundas. Como hemos dicho, la verdad acaba saliendo a flote. Y de esta manera estamos ayudando al otro a saber con quién invierte su tiempo y su energía, evitando la posibilidad de fraude.
Además, una comunicación honesta llega con más fuerza al otro. Cuando somos honestos, nuestros gestos son más espontáneos, estaremos más relajados y no tenemos la presión de fingir un personaje difícil de mantener a largo plazo.
▷ Desarrolla el autoconocimiento
Para poder comunicar, es importante primero conocer nuestra verdad, ¿No crees? Y es que para ser auténticos necesitamos tener un cierto grado de autoconocimiento. Todos tenemos bien identificado lo que nos gusta o interesa en las pequeñas cosas. Sabemos si nos gusta el orden o el desorden, si somos más de tele o de un buen libro. Pero en las cuestiones emocionales, a veces no estamos tan familiarizados con lo que nos impulsa. Y nos cuesta reconocer nuestras necesidades afectivas, quizás porque nadie nos enseñó.
Así que podemos comenzar a echar un vistazo al interior, e identificar lo que nos hace felices, sin que ello suponga ninguna deshonra o vergüenza. ¿Acaso lo que necesitamos no es importante? Por ejemplo las personas que disfrutan del contacto físico y las caricias, cuando se encuentren con personas menos cariñosas, pueden cuestionarse si su propia necesidad es buena o correcta, o si no serán demasiado demandantes. Y no, simplemente cada uno tiene una serie de necesidades y prioridades, que son tan dignas y respetables como las de cualquiera.
Comencemos pues a ver y a aceptar lo que realmente es importante para nosotros en el amor, y comuniquémoslo sin tapujos. Si para la otra persona estas cuestiones no son prioritarias, entonces podremos decidir con mayor libertad e información.