La inestabilidad emocional: supera los bajones emocionales

Inestabilidad Emocional | Por Raquel Ruiz, psicóloga

Seguro que has notado que tus emociones van cambiando a lo largo del día o de las semanas, no te preocupes… nos pasa a todos. Sin embargo, puede que haya momentos en los que notes que pasas de la alegría a la tristeza o la rabia con demasiada facilidad, si eso te ocurre a menudo quizá tengas lo que se conoce como inestabilidad emocional. Te ayudamos a identificarla y gestionarla.

¿Qué es la inestabilidad emocional?

Hablamos de inestabilidad emocional cuando hay fluctuaciones –más o menos bruscas- en el estado anímico de una persona que producen cierto malestar y que se dan con frecuencia en un corto período de tiempo.

Como hemos comentado, pasar por diferentes estados emocionales a lo largo de un día es algo normal. Sin embargo, hablamos de inestabilidad emocional si sientes que tus emociones te arrastran a mucha velocidad, como si estuvieras en una montaña rusa junto a ellas y no pudieras retenerlas durante el tiempo suficiente como para estar hablando de un “estado anímico”.

Hablamos de estado anímico cuando hay una tendencia a sentir un determinado tipo de emociones (agradables y desagradables). Así, hablamos de estado anímico positivo cuando podemos calificar las emociones que sentimos como agradables y un estado anímico negativo cuando las vivimos como desagradables. Por ejemplo, cuando puedes hablar de una “buena racha” quiere decir que has podido identificar una tendencia positiva en tus emociones durante un período de tiempo más o menos largo, como unas semanas o meses. Si no te da tiempo de poder identificar tus emociones, porque estas van cambiando durante el día, y son muy diferentes entre ellas quizá estés sufriendo un desequilibrio emocional y debas prestarle atención.

▷ Descubre si sufres inestabilidad emocional

La inestabilidad emocional puede afectarnos de diferentes maneras. Te ponemos algunos ejemplos que podrás reconocer fácilmente si la sufres.

Rápidamente pasas de la ilusión por un proyecto a la desgana o desmotivación

A lo largo del día puedes pasar de la euforia a una tristeza profunda

Tienes un día muy bueno y al día siguiente parece que todo va fatal

Descubres algo que te encanta y al poco tiempo deja de gustarte en absoluto

Características y emociones típicas en la inestabilidad emocional

Esta enfermedad está clasificada en diferentes subtipos, dependiendo de las conductas manifestadas por el paciente.

Euforia:

Se experimenta como una emoción agradable, que carga de mucha energía en el momento en el que se está viviendo y que se presenta como algo incontrolable. Puede sentirse en los momentos en los que aparece algo nuevo –proyecto, trabajo, relación o persona- con la que aún no se han vivido dificultades. Se caracteriza por un optimismo extremo ante esta nueva vivencia.

Frustración:

Aparece como consecuencia de intentos fallidos. Las personas que sufren de inestabilidad emocional tienen una baja tolerancia a la frustración. Esto quiere decir que comienzan una tarea o actividad y les resulta complicado persistir en ella si empiezan a surgir dificultades o problemas que solucionar. Estas dificultades dan lugar a la frustración y al consiguiente abandono de la actividad. La consecuencia suele ser un largo camino de proyectos, hobbies e intereses inconclusos en la vida de las personas que conviven con el desequilibrio emocional.

Tristeza:

Aparece ante el choque entre las expectativas que tenía la persona en el momento de euforia y la realidad –que no cubre dichas expectativas-. Esto lleva a la persona a experimentar abatimiento y una pérdida de energía, acompañadas por pensamientos negativos.

Apatía/desgana:

Puede aparecer tras un ciclo de euforia-frustración-tristeza. Es decir, si la persona ha pasado por varias montañas rusas emocionales asociadas a proyectos o relaciones interpersonales, puede que llegue un momento en el que no se encuentre con energía de volver a iniciar o retomar una de esas experiencias. Esto hace que acabe viviendo una sensación de falta de interés distinta a la tristeza.

Fluctuaciones emocionales:

Además de sentir todas estas emociones mencionadas anteriormente, tenemos que añadir que se pasa por todas ellas de forma rápida y descontrolada. Esta es una de las características que no falta nunca en las personas con inestabilidad emocional. A veces es tan rápido el cambio emocional que a la persona le cuesta identificar qué está sintiendo o cuál ha sido el motivo que ha desencadenado esa respuesta emocional.

Conflictos interpersonales:

Aparecen como consecuencia de la falta de consciencia sobre los disparadores del malestar y de la rápida fluctuación emocional. ¡Tiene sentido! Es complicado poder comunicarnos y pedir lo que necesitamos a otra persona si aún no tenemos claro qué nos ha ocurrido y, si además, al ratito estamos sintiendo una emoción totalmente opuesta a la que originó el conflicto inicial.

Inestabilidad-emocional-tristeza

¿Qué dispara mis cambios emocionales?

Una de las características principales de la inestabilidad emocional es la dificultad para identificar los motivos por lo que aparecen esos cambios del estado de humor.

Para empezar a descubrirlos, tenemos que tener en cuenta que en el día a día podemos tener diferentes disparadores o activadores de nuestras emociones. Esto no quiere decir que sean estos necesariamente la causa de nuestro malestar, sino algo que nos hace conectar con ello y, por lo tanto, algo a lo que tenemos que prestarle atención si queremos mejorar el conocimiento sobre cómo funciona nuestro sistema emocional.

1. Relaciones interpersonales

Observa si tus cambios emocionales se suelen dar en relación. Por ejemplo, si constantemente sientes que la gente te defrauda, no cumple tus expectativas, que tú das más y sientes que recibes menos: ¡estate alerta! Puede que en esos momentos notes cómo pasas de la ilusión o la alegría antes de hacer un plan con alguien a la decepción o la rabia por que no haya ocurrido lo que esperabas.

2. Baja autoestima e inestabilidad emocional

Otra de las causas de nuestro malestar emocional suele estar asociada a cómo nos vemos. Si sufres inestabilidad emocional, puede que en tu día a día, en el trabajo, con tus amistades o tu pareja, estés constantemente intentando llegar a una meta. Puede que sientas que tienes que esforzarte, tener energía, ser optimista y dar mucho de ti y acabes sintiendo cansancio, desilusión o que no vas a conseguir lo que te  has propuesto. Como consecuencia,  puede que incluso acabes dudando de tu valía y sufra tu autoestima.

3. Estrés diario

El ritmo de vida acelerado puede ser otro gran disparador. A menudo nos vemos envueltos en una rutina que deja poco espacio a momentos de descanso agradables en los que simplemente estamos haciendo algo con lo que disfrutamos. Esto puede acabar alterando nuestro descanso y afectando a cómo gestionamos las dificultades de nuestro día a día, dando lugar a emociones desagradables que aparecen de forma repentina.

4. Cambios hormonales

Tampoco debemos dejar fuera los cambios emocionales que surgen como consecuencia de nuestro ciclo hormonal –en el sexo biológicamente femenino-. Si notas que tus cambios de humor se dan siempre en un determinado momento de tu ciclo quizá se deban a las fluctuaciones hormonales.

¿Cuándo es un problema la inestabilidad emocional?

Las fluctuaciones emocionales empiezan a ser un problema cuando nos generan malestar o cuando empiezan a surgir dificultades en áreas importantes de nuestra vida como en nuestras relaciones personales, en el trabajo u otros proyectos importantes vitales.

1. La inestabilidad emocional, ¿es un trastorno psicológico?

La inestabilidad emocional no es un trastorno psicológico en sí. No obstante, hay diferentes problemáticas psicológicas que tienen como síntoma principal la inestabilidad emocional. Los ejemplos más claros son el Trastorno Límite de Personalidad y los trastornos del estado de ánimo como la ciclotimia o el Trastorno Bipolar de ciclo rápido.

Estas patologías cursan con otros síntomas como la impulsividad, ira o agresividad, la depresión y las conductas autolesivas, entre otros. Si crees que puedes padecer alguna de estas patologías ponte en contacto con un profesional que pueda ayudarte a descubrirlo.

¿Cuál es la causa de la inestabilidad emocional?

Si queremos descubrir el origen de tu inestabilidad emocional quizá tengamos que remontarnos a otras etapas de tu vida. La dificultad para la gestión emocional frecuentemente se origina en la niñez. Para poder desarrollar una correcta comprensión y regulación de nuestras emociones necesitamos vivir la experiencia de seguridad que nos proporcionan nuestras principales figuras de apego.

Además de sentir que podemos expresar nuestras emociones, necesitamos sentir que tenemos a otra persona en frente que las mira, las entiende y las vive con cierta serenidad –porque sabe regular las suyas propias-, lo que actúa como “bálsamo” y ayuda a poder regular las nuestras.

Si siendo niños nuestros padres no pudieron ayudarnos con esa regulación emocional –por dificultades personales, de tiempo o por simple desconocimiento- , es muy probable que tengamos ahora que encargarnos nosotros de aprender a hacerlo.

Es un proceso complejo si no pudimos disfrutar de esa experiencia, por lo que lo ideal es poder contar con la ayuda adecuada. La comprensión y gestión emocional es una de las tareas principales en terapia psicológica ya que forma parte de nuestro día a día y es importante poder dedicarle el tiempo necesario para sentir que la dominamos.