Psicólogos para el tratamiento de Fobias y Miedos irracionales

Cuando una persona padece una fobia o miedo irracional, siente un temor intenso y frecuente hacia un objeto o situación, hasta el punto que llega a verse limitada su calidad de vida. Las fobias y miedos más frecuentes, son las fobias específicas, como el miedo a la sangre, el miedo a la muerte, el miedo a volar, a los animales, a los espacios cerrados, etc.

Si es tu caso, es importante que sepas que no estás solo, ya que las fobias son uno de los trastornos psicológicos más frecuentes afectando aproximadamente al 10% de la población española. Afortunadamente los psicólogos podemos enfrentar este tipo de patologías en terapia, atendiendo sobre todo a sus causas y ayudando a que la persona recupere su estabilidad mental y recupere el control de su vida. Así la terapia permitirá que las personas vayan enfrentándose gradualmente y en un entorno protegido a sus miedos.

¿Qué es una fobia?

Una fobia es un miedo irracional, intenso, desproporcionado y persistente que siente una persona de manera frecuente y que no guarda relación con un peligro real. Se trata de una respuesta de ansiedad, que experimenta la persona ante estímulos o situaciones temidas, o ante la idea de tener que enfrentarlos. En algunos casos, una fobia puede llegar incluso a desembocar en un ataque de pánico.

Frecuentemente, las personas que sufren una fobia son conscientes de que no existe un peligro real, pero no pueden evitar sentir el miedo intenso. Es por ello que decimos que las fobias son miedos irracionales. Además, el miedo que sufre la persona debe ser excepcional, en el sentido de que en su cultura este temor no es el común, por ello decimos que las fobias son miedos desproporcionados a la norma.

Los estímulos o situaciones que pueden ser objeto de fobias pueden ser muy variados, desde el miedo a hablar en público, el miedo a volar, el miedo a estar solo, el miedo a las agujas, etc.

¿Quién puede sufrir una fobia?

Las fobias suelen aparecer en la adolescencia o juventud y en la tercera edad. Aunque una fobia puede debutar en cualquier momento de la vida. Igualmente, las mujeres sufren hasta 2 veces más veces las fobias que los hombres, aunque ambos son susceptibles de experimentarlas.

¿En qué se diferencia un miedo de una fobia?

El miedo es una emoción natural en el ser humano cuya función es la de protegernos de determinados peligros (accidentes, críticas, suspensos, etc.). Aunque algo incómoda, esta emoción nos ayuda a anticipar situaciones o personas adversas, valorar las consecuencias negativas de su aparición y prepararnos para encararlo o evitarlo según sea el caso.

Sin embargo, una fobia o miedo irracional no es una emoción básica adaptativa para nuestra supervivencia, ya que anticipa problemas cuando en realidad estos no existen o no representan un peligro real. Además, suele presentarse con síntomas bastante intensos, que no nos ayudan a realizar bien el proceso de valoración y reflexión y que generalmente nos llevan a intentar evitar a toda costa el estímulo o situación que la desencadena. Por lo general, las fobias suelen limitar bastante a la persona, por su repetición, por su intensidad y porque les hacen evitar situaciones útiles para la vida en sociedad (viajar, ir al médico, estar en compañía de otros, salir a la calle, etc.).

Un ejemplo de diferencia entre miedo a volar y fobia a volar

Una persona tiene algo de miedo a volar (lo cual es común para el 90% de los viajeros). Probablemente sienta temor antes de coger un avión y durante el vuelo. También es posible que pueda tener algún pensamiento catastrofista previo. Sin embargo, será capaz de coger aviones con regularidad, gestionar su miedo y por lo tanto su calidad de vida no se verá demasiado afectada.

Sin embargo, una persona con fobia a volar (un 3% de la población), sentirá un miedo intenso y paralizante. Y tenderá a evitar los viajes y cualquier contacto con el avión. Si finalmente coge el vuelo, su ansiedad se disparará de manera intensa sin poder evitarlo.

Es decir, que la intensidad de miedo y la interferencia en la calidad de vida de la persona mediante las conductas de evitación, son los factores que diferencian una persona con miedo a con una fobia.

Tipos de fobias: ejemplos de las fobias más comunes

Existen diversas clasificaciones para las fobias, hemos seleccionado aquí la clasificación más habitual que se divide en 3 grandes grupos:

1# La Fobia social

Una fobia social es el miedo paralizante que experimenta una persona en las situaciones de interacción social en la que la persona pueda sentirse juzgada, criticada, etc. En estos casos es frecuente que la persona tienda a inhibir sus encuentros sociales, y tener la autoestima bastante dañada.

2# Agorafobia

Una persona con agorafobia tiene el temor irracional de encontrarse en una situación generalmente externa a su espacio de seguridad, en la que se siente que no va a contar con ayuda en el que caso de necesitarla por ser difícil o darles vergüenza.

3# Las fobias específicas

Las fobias específicas aparecen ante situaciones y estímulos concretos, llamados estímulos fóbicos. El miedo no es tanto por el objeto en sí, si no por las supuestas consecuencias que sufriría la persona al enfrentar el estímulo fóbico. Por ejemplo, una persona con miedo a volar, no teme el acto de volar, si no las consecuencias que podría tener: un accidente.

Además, es bastante común que la persona pueda experimentar fobia a varios estímulos a la vez. Cuantas más situaciones o estímulos tenga miedo la persona, mayor será el impacto y deterioro en su vida profesional y personal. Aunque existen muchas fobias específicas (más de 400), te hablamos de las más frecuentes.

▷ Fobias a los animales: Zoofobia

La zoofobia es el temor persistente a algún animal (o varios).  El miedo puede ir dirigido tanto a las consecuencias del daño (mordeduras, ataques, picaduras, etc.), como a las reacciones que la persona puede tener si los enfrenta (descontrolarse, gritar, salir corriendo, etc.). Los miedos más frecuentes a los animales son el miedo a las arañas (aracnofobia), a las serpientes (ofidiofobia), a las ratas (musofobia), a los perros (cinofobia), etc.

▷ Fobias a los fenómenos naturales

Se incluyen el miedo a las tormentas (brontofobia la más común), a las alturas (acrofobia), a los terremotos (tremofobia), la oscuridad (nictofobia), a la niebla (nebulafobia), al viento (anemofobia), etc.

▷ Fobia a la sangre: Hemofobia

La hemofobia o miedo a la sangre es muy frecuente llegando a afectar al 4% de la población. Generalmente estas personas evitan el contacto con la sangre, agujas, jeringuillas, y pinchazos. Lo cual puede ser bastante grave de cara a su salud física.

▷ Las fobias situacionales

Una fobia situacional se refiere al miedo irracional y limitante que siente una persona ante determinadas situaciones, contextos o escenarios concretos. Las fobias más comunes son:

  • Fobia a volar (aerofobia): se estima que un 3% de la población tiene pánico a volar. Esto les impide tomar vuelos, o si lo tienen que hacer anticipar la situación temida y vivir luego durante el vuelo situaciones de auténtico terror con mucha alerta a cualquier movimiento, turbulencia, etc. Así, los miedos más frecuentes de la aerofobia son a un accidente de avión, a perder el control durante el vuelo, a no poder salir, etc.
  • Claustrofobia: terror a los espacios cerrados, particularmente los pequeños. Como pueden ser los ascensores, el vagón del metro, túneles, cuartos pequeños, coches, etc. El miedo se manifiesta con dificultades para respirar, taquicardias, y creencias sobre no poder escapar, de quedarse sin oxígeno, etc. Y por esta fobia hace que las personas que la sufren eviten a toda costa los espacios pequeños y cerrados.
  • Miedo a morir (tanatofobia): temor persistente, intenso y persistente a la muerte. En concreto: a morir, al proceso de la muerte, a la muerte de otros seres queridos, y/o a todo lo relacionado con la muerte. Como hospitales, ataúdes, cementerios, tanatorios, etc.
  • Miedo a conducir (amaxofobia): ansiedad intensa que aparece ante la idea o el acto de conducir.
  • Miedo a atragantarse (fagofobia): temor a la hora de tragar alimentos, por sus posibles consecuencias: ahogamientos, atragantamientos.
  • Miedo a caerse (basofobia): común en la tercera edad, la persona ve reducida la confianza en sí mismo y siente temor a caerse, tropezarse, no poder levantarse, etc. Este miedo puede limitar mucho su vida, recudiendo las salidas a la calle y las actividades cotidianas. Lo que lógicamente afecta a su salud mental y física.

Síntomas de las fobias

Los síntomas de las fobias pueden variar en intensidad y frecuencia según el tipo de fobia y la persona afectada. Estos son los síntomas más frecuentes:

  1. Miedo intenso e irracional. Temor abrumador hacia un objeto, situación o actividad temida. Se siente en el cuerpo rápidamente con sensaciones intensas de pánico y ansiedad.
  2. Reacciones físicas. Estas pueden incluir sudoración, palpitaciones, dificultad para respirar, temblores, mareos o incluso ataques de pánico cuando se enfrentan a la fobia o simplemente al pensar en ella.
  3. Conductas de evitación. Las personas con fobias tienden a evitar a toda costa la situación o el objeto que les provoca miedo. Esta evitación puede interferir con su vida diaria y limitar sus actividades sociales, laborales o recreativas.
  4. Ansiedad anticipatoria. Antes de encontrarse con el objeto de su fobia, las personas pueden experimentar una ansiedad intensa y anticipatoria solo al pensar en la situación temida.
  5. Malestar emocional. Las fobias pueden causar un malestar emocional significativo, afectando la calidad de vida y las relaciones interpersonales de la persona afectada. Las personas pueden llegar a sentir vergüenza, culpa e incluso desesperanza. Muchas veces este malestar emocional, junto con la ansiedad anticipatoria, son los causantes de la reclusión o evitación de las personas en contexto sociales.
  6. Reconocimiento de la irracionalidad. A menudo, las personas con fobias son conscientes de que su miedo es irracional, pero aún así les resulta difícil controlarlo.

El círculo vicioso de las fobias: el síndrome fóbico

Las personas que sufren una fobia o miedo irracional, suelen entrar en un círculo vicioso del que no son capaces de salir. Es lo que se conoce como el síndrome fóbico, un bucle típico que retroalimenta y cronifica el problema.

FASE 1 Ansiedad anticipatoria:

la persona tiene miedo antes o al imaginar el estímulo fóbico. Lo cuál hace que aumente la intensidad del miedo en el momento del contacto (fase 2).

FASE 2 El temor en el momento del contacto:

el miedo experimentado al encontrarse con el objeto de miedo resulta cada vez más intenso. Lo cual hace que las personas realicen cada vez más conductas de evitación (fase 3).

FASE 3 Las conductas de evitación:

después de haber sentido el miedo la persona evita a toda costa las situaciones y objetos temidos. A corto plazo disminuye la ansiedad anticipatoria. Pero a largo plazo, cuando hay que volver a enfrentarse a la situación, la aumenta, disparando el miedo.

Diagnóstico de las fobias

Para poder diagnosticar una fobia, un experto en salud mental (médico, psiquiatra o psicólogo sanitario) deberá realizar una evaluación basadas en el diagnóstico del DSM-V. En general una fobia se diagnostica cuando una persona presenta miedo a ansiedad con las siguientes características:

  • Miedo intenso que ha estado presente con al menos 6 meses o más.

  • El miedo debe ser desproporcionado respecto del peligro real.

  • Se refiere a un objeto, contexto o situación específica.

  • La ansiedad o el miedo se disparan cuando la persona se enfrenta a la situación y objeto.

  • El miedo conduce a que la persona evite el contacto con el objeto fóbico.

  • El miedo provoca un malestar significativo en la persona, viéndose afectada su calidad de vida, por el deterioro en su funcionamiento social o laboral.

Además los profesionales de la salud mental, deben descartar otras patologías de salud con síntomas similares como el trastorno de estrés, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico. Igualmente es común que la persona tenga una fobia junto con otro tipo de trastorno mental como la depresión, el trastorno bipolar, los trastorno de personalidad, especialmente el trastorno de personalidad dependiente.

El diagnóstico de las fobias en la práctica

Aunque sabemos que las fobias son uno de los problemas psicológicos más comunes, la realidad es que pocas veces se diagnostican y no suelen ser frecuentes en consulta de psiquiatría o psicología clínica. Esto es debido a varios factores.

Por un lado, es un problema que del no se habla demasiado en consulta. Y es que, aunque la persona es consciente de su problema, no le da importancia, o le da vergüenza compartirlo. Esto es grave y triste, porque una fobia cronificada y no tratada puede derivar en otros problemas como la depresión, el consumo de sustancias, la auto-medicación, la baja autoestima.

Las pocas veces que se acude a salud mental es o cuando la vida les “obliga” de alguna manera a enfrentarse a un estímulo fóbico (ir al hospital, coger un vuelo obligado). O también porque la intensidad de las fobias es demasiado incapacitante y provoque ataques de ansiedad recurrentes.

Por otro lado, para poder diagnosticar una fobia, es necesario que la persona haya enfrentado el objeto fóbico, y como hemos visto muchas personas realizan esas conductas de evitación por lo que resulta difícil de diagnosticar. Por ejemplo una persona que no suele viajar, o ir al médico, o relacionarse con la naturaleza, o hablar en público, etc.