Mi elección por la psicología siempre ha sido vocacional, por lo que, una vez terminé la carrera, comencé a explorar las diferentes opciones que me ofrecía. He trabajado en el ámbito social, educativo y sanitario. Todas estas experiencias me guiaron a descubrir mi pasión por la psicoterapia, ya que este enfoque me permite trabajar con la persona desde un lugar más profundo y de manera más individualizada. Mi formación estos últimos años ha ido encaminada a especializarme en psicoterapia humanista con niños, adolescentes y adultos.
Considero que las personas acuden a terapia debido a alguna dificultad o conflicto consigo mismo o con su entorno, por ello, trato de acercarme a ellas creando un vínculo de confianza y seguridad. Tanto en mi trabajo con niños como con adolescentes y adultos, creo en la importancia de adaptar mis conocimientos a las necesidades de cada persona, tanto emocionales, como cognitivas y corporales. Lo más importante para mí es que la persona perciba la terapia como un lugar seguro en el que poder mirar hacia dentro y comprenderse a sí misma.