Terapia Cognitivo Conductual en Madrid: ¿Qué es y cómo funciona?

Psicólogos especialistas en Terapia Cognitivo Conductual en Madrid y Online

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La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) es un tratamiento psicológico que permite modificar patrones de pensamientos y comportamientos negativos por otros más saludables. Este tipo de terapia es ampliamente utilizada por los psicólogos dada su alta eficacia y validez científica. Te contamos qué es y cómo nuestros psicólogos expertos en terapia cognitivo conductual en Madrid, pueden ayudarte a cambiar los pensamientos y conductas perjudiciales que más te limitan. Así, te hablamos de los tipos de técnicas cognitivo-conductuales más utilizadas, su eficacia y las patologías o situaciones principales en las que se suele utilizar. También te damos algunas sugerencias para que puedas sacarle el máximo beneficio a la terapia.

¿Qué es la Terapia Cognitivo Conductual?

La terapia cognitivo conductual es un tipo de terapia psicólogica muy utilizada, que permite a la persona tomar consciencia de sus pensamientos y conductas negativas presentes, así como de los efectos indeseados que le generan, para modificarlas por otros patrones más saludables, reduciendo así el malestar emocional asociado. Dentro de las diferentes corrientes que existen en Psicología (psicoanálisis, humanismo, etc.), encontramos este tipo de terapia. Hoy en día es una de las más frecuentes a la hora de trabajar en terapia.

Su eficacia ha sido comprobada científicamente en múltiples tipos de intervenciones y para tratar un gran número de problemas psicológicos. Además, esta terapia resulta de gran utilidad ya que se adapta a un gran número de personas y necesidades personales. Los estudios constatan que las personas mejoran significativamente tras haber asistido a ella.

▷ Fundamentos de la Terapia Cognitivo Conductual

La Terapia Cognitivo Conductual, también conocida por sus siglas como TCC, surge de la unión de la Terapia Conductista y las terapias derivadas de la Psicología Cognitiva. El conductismo se centra en valorar objetivamente los cambios que se van haciendo respecto a nuestra conducta. La Psicología Cognitiva enfatiza en nuestros procesos mentales, no observables directamente. Por tanto, la Terapia Cognitiva Conductual trabaja con ambas vertientes. Centrándose y ayudándonos a modificar tanto nuestros pensamientos y emociones como nuestras conductas. Estos son sus fundamentos:

  • La Terapia Cognitivo Conductual tiene como base que los comportamientos humanos son aprendidos. Así, estos aprendizajes surgen por los significados que nosotros le damos a las cosas o acontecimientos. Los significados, a su vez, se forman por los esquemas cognitivos que hemos creado en base a nuestro aprendizaje.
  • Las conductas, pensamientos y emociones están relacionadas, un cambio en uno de estos factores puede cambiar el resto. De esta manera, la Terapia Cognitivo Conductual tiene como objetivo modificar nuestros esquemas cognitivos. Para producir un cambio en nuestras conductas y emociones.
  • La Terapia Cognitivo Conductual trabaja en el momento presente. Poniendo especial interés en los comportamientos y pensamientos que en el momento actual no nos están ayudando. Por ello, esta terapia se centra en modificar esto para ayudarnos a llevar la vida que queremos o necesitamos. También nos ayuda a obtener autonomía y eficacia en la resolución de problemas. Esto se consigue mediante el trabajo de nuestras emociones, pensamientos y conductas.

▷ ¿En qué casos se usa la Terapia Cognitivo Conductual en Madrid?

Esta terapia puede ser utilizada con personas de prácticamente todas las edades. Además, aborda un gran número de problemas. Dentro de ellos podemos encontrar los siguientes:

Técnicas utilizadas en Terapia Cognitivo Conductual

La terapia cognitivo conductual cuenta con un repertorio de técnicas y métodos muy ricos. Este amplio abanico de posibilidades, le ofrecen al psicólogo la posibilidad de adaptarse a la demanda de su paciente de la manera más certera y eficaz posible. Por lo general las técnicas se pueden utilizar en la mayoría de los problemas psicológicos que tenemos las personas. Ya que promueven el cambio de comportamientos, pensamientos y patrones emocionales disfuncionales, por otros más prácticos, racionales, útiles y deseados.

Una técnica cognitivo-conductual cuyo objetivo es identificar los pensamientos distorsionados, las creencias irracionales y su impacto en las emociones y conductas del paciente, para sustituirlos por otros más beneficiosos. La técnica suele constar de 3 pasos:

  • Primero el paciente irá descubriendo los pensamientos perjudiciales que tiene y cómo le afectan en realidad mediante autorregistros, entrevistas y cuestionarios. Por ejemplo, se identifica una situación de la vida real que genere malestar “mi profesor me ha criticado”. Se observan las ideas negativas que el sujeto tiene al respecto “no sirvo para estudiar”. Y las consecuencias emocionales, conductuales o físicas: “me pongo tenso, me siento desanimado, me bloqueo”.
  • Después, el paciente podrá ir cuestionando dichas ideas negativas. Su psicólogo le ayudará en su proceso de reeducación cognitiva mediante diferentes técnicas que invitan a la reflexión, diálogo y auto-crítica constructiva. Por ejemplo, con la técnica de la flecha descendente el psicólogo irá preguntando a su paciente hasta identificar la creencia nuclear que hay tras esos pensamientos limitantes. También, se puede usar el diálogo de las dos sillas, una dramatización para desafiar las creencias. O el diálogo socrático (aprender a hacerse preguntas y evaluar de forma crítica las respuestas), la técnica de intención paradójica (hacer lo que nunca haría), los debates didácticos, etc.
  • Finalmente, el paciente irá generando y practicando nuevos patrones cognitivos o diálogos internos, reduciendo así el malestar emocional o físico, así como las limitaciones conductuales.

 La técnica de reestructuración cognitiva es indicada para la mayor parte de los problemas psicológicos, ya que suelen estar asociados a pensamientos desadaptativos que limitan el sano contacto del paciente con su realidad externa (conductas y relaciones) o interna (emociones y pensamientos).

La terapia de exposición se utiliza para enfrentar progresivamente los estímulos o situaciones que evitamos por miedo. La psicología cognitivo-conductual establece que la ansiedad que una persona siente después de una experiencia negativa, puede condicionarla para el futuro. De forma que, ante situaciones o estímulos similares, la persona sienta ansiedad, tenga expectativas amenazantes y realice conductas de evitación. Por ejemplo, “me da pánico hablar en público, así que lo evito, pero me siento culpable y avergonzado”. Estos comportamientos evitativos, aunque a corto plazo reduzcan el malestar, en realidad están cronificando la ansiedad y el miedo, además de limitar la vida social, laboral o personal de la persona.

En la terapia de exposición, el psicólogo acompañará a su paciente a enfrentarse progresivamente a las situaciones temidas, mientras le ayuda a reducir el miedo y la ansiedad asociados, promoviendo una conducta sana. La terapia de exposición se adaptará a las necesidades del paciente y la intensidad de sus síntomas. Así el psicólogo irá utilizando diversas técnicas. Como la desensibilización sistemática (relajación durante la imaginación de la escena temida para reducir la ansiedad asociada), o la desensibilización sistemática en vivo (ir realizando aproximaciones graduales al estímulo aversivo).

La terapia de exposición está especialmente indicada para los trastornos de ansiedadfobias y control de impulsos.

Es un entrenamiento psicológico que nos predispone a reaccionar adecuadamente ante situaciones de estrés (un examen, una reunión social, una discusión). Es decir, que podamos afrontarlas desde un estado de mayor calma, consciencia y sin bloqueos o conductas impulsivas.

Primero, el psicólogo ayuda al paciente a comprender cómo le afecta el estrés en su vida, qué conductas le activa o inhibe, qué respuestas emocionales o corporales tiene, etc (fase educativa). Posteriormente, ayudará al paciente a prepararse frente a la situación antes de que ocurra para hacerle frente en un ambiente seguro, protegido y controlado (fase de ensayo). Mediante diversas técnicas conductuales y cognitivas. Se trata de aprender a relajarse y reducir la ansiedad asociada al estrés. También de aprender a desarrollar nuevos pensamientos más racionales, productivos y útiles. Y de implementar nuevos patrones conductuales más beneficiosos según la situación. Finalmente se practican los nuevos patrones cognitivos, emocionales y conductuales con la situación en la vida cotidiana (fase de implementación).

Una técnica muy útil para personas que sufren de estrés, ansiedad y trastornos mixtos (depresión y ansiedad).

Técnicas para aprender a regular las sensaciones corporales negativas y la sobre activación mental presentes en muchos trastornos mentales. Este tipo de reacciones automáticas (tensión, angustia, agitación, inquietud, preocupaciones, etc.), generan mucho sufrimiento en la persona. En este caso se trata de un abordaje psicológico más corporal, que tendrá también un efecto sedante a nivel mental. Aquí, encontramos la relajación progresiva de Jacobson, la respiración diafragmática, el entrenamiento autógeno, etc.

Las técnicas de relajación y respiración suelen ser recomendadas para reducir la activación fisiológica del sistema nervioso asociado a diversas patologías como la ansiedad, el estrés, la depresión, etc. No obstante, el psicólogo deberá saber bien en qué momento del proceso terapéutico aplicarlas, para no enfrentar a la persona a contactar con el síntoma de manera muy abrupta.

Se trata de un entrenamiento para regular los pensamientos, las emociones y las conductas que nos resultan perjudiciales y/o que no podemos evitar. Por ejemplo, la adicción al móvil, la irritabilidad, la falta de constancia en los estudios, las preocupaciones, las fantasías catastróficas, etc. El autocontrol resulta básico para adaptarnos a nuestra realidad con serenidad y flexibilidad. Si somos capaces de auto-regularnos, nos sentiremos más estables y también seremos más flexibles ya que podremos modular nuestras conductas a las circunstancias de la vida. Tendremos la sensación de agencia o control y no la constatación constante de que nos dejamos llevar y no somos capaces de cambiar.

Las técnicas de autocontrol permiten frenar la impulsividad y sus consecuencias, e incorporar nuevos patrones conductuales y cognitivos. La mayoría de ellas requieren de tiempo, repetición y entrenamiento. Existen diversas técnicas de autocontrol desde la terapia cognitivo conductual. Por ejemplo, se utiliza la terapia de autocontrol de Rehm para facilitar el autocontrol conductual en casos de depresión. Aunque existen muchas más técnicas: modificación de hábitos, técnicas atencionales, técnicas para frenar pensamientos intrusivos (stop de pensamientos), etc. El psicólogo deberá evaluar en cada caso cuál es más conveniente.

Las técnicas de autocontrol está indicadas para patologías que impliquen conductas o creencias impulsivas (depresión, ansiedad, trastorno Borderline, TOC, etc.). Pero, en general ,pueden ser beneficiosas para todas las personas que necesiten aprender a controlar aquello que repiten sabiendo que no es beneficioso (discusiones en pareja, adicción al móvil, compras compulsivas, etc). Lo cual es muy frecuente.

Las técnicas operantes de modificación de conductas, se utilizan para generar cambios estables de comportamientos a través de una correcta estimulación (refuerzos positivos y negativos). El psicólogo ayudará a su paciente a motivarse y entrenarse para aprender nuevos comportamientos deseados y a modificar o eliminar las conductas que están interfiriendo en su calidad de vida. Por ejemplo, extinguir una conducta agresiva y aprender a expresarse con educación y racionalidad.

Para eliminar o modificar las conductas negativas encontramos la técnica del tiempo fuera (salir del contexto para calmarse), la sobrecorrección restitutiva (reparar el daño causado por una conducta inadecuada), la saciación (reducir el refuerzo de la conducta inadecuada), el desvanecimiento (cambio gradual de la conducta), etc. Para estimular a la persona a realizar conductas beneficiosas se usan técnicas centradas en introducir nuevos patrones conductuales: refuerzo, refuerzo intermitente, moldeamiento, encadenamiento, etc.

Las técnicas de modificación de conducta se utilizan para la mayoría de los problemas psicológicos que tienen un fuerte componente de bloqueo conductual o impulsividad.

Entrenamiento para encarar, comprender y resolver situaciones que nos resultan complejas, sin dejarse influir por sentimientos y/o pensamientos negativos, catastrofistas o limitantes. Así pueden ser situaciones en el trabajo, o algún reto familiar, una decisión importante, hasta cuestiones más cotidianas.

El psicólogo según la problemática ayudará a su paciente a desarrollar nuevas habilidades de resolución de problemas, o a modificar aspectos disfuncionales de su manera de encararlas. Normalmente este tipo de herramientas se desarrollan en 5 fases.

  • Orientación positiva al problema: ayudar a la persona a ver la situación desde un nuevo y favorable punto de vista los problemas. Nuestras percepciones influyen en nuestra manera de reaccionar ante situaciones estresantes, inciertas o complejas. Así el psicólogo trabajará para identificar las creencias negativas frente al problema “no puedo hacer nada, me da mucho miedo, no voy a ser capaz”. Para que pueda actualizarlas (verlo como un reto, mejorar la autoconfianza, etc.). Si la persona evita la situación, se trabaja para reconocer la importancia del problema, así como sus efectos.
  • Formulación de la situación: concretar los detalles del problema con objetividad sin dejarse influir por creencias negativas o poco realistas. Es decir, identificar las variables que están relacionadas con el problema, su interrelación y definir las metas específicas.
  • Generación de alternativas y soluciones. Buscar alternativas para la resolución del problema. Muchas veces se trata de buscar soluciones diferentes a las que solemos tener o mejoradas. Se suele utilizar la técnica del “Brainstorming” o lluvia de ideas, con la máxima creatividad y sin censurar opciones para “refrescar” y motivar. Se buscan desde estrategias más generales, hasta tácticas más concretas.
  • Toma de decisión. Seleccionar la alternativa más eficaz, práctica y útil para resolver la situación. Para esta toma de decisión se valoran los factores implicados en la estrategia elegida, teniendo en mente reducir el coste (emocional, económico, relacional, etc.) y maximizar el beneficio (efectos deseados, resultados).
  • Implementación y evaluación: el paciente ayuda a su paciente a poner en práctica la solución en la vida real y ver si efectivamente es útil, necesita reajustes, o es necesario cambiar de estrategia. Para ello es necesario ver el impacto personal y el efecto esperado en el entorno.

Este tipo de técnicas son útiles para casi todo el mundo especialmente en el contexto actual dónde existen cada vez más alternativas, retos y posibilidades. En terapia suelen ser útiles para las personas que se sienten frecuentemente bloqueadas en sus decisiones (ya sean de mayor o menor calado) por el miedo o la ansiedad, o por la autopercepción de incapacidad o ineficacia.

El terapeuta ayuda a la persona a producir nuevas autoverbalizaciones internas realistas y productivas para conseguir realizar con éxito las tareas o conductas que quiere o dejar de evitarlas. Su creador Meichenbaum constató como guiamos nuestra conducta mediante instrucciones (qué vamos a hacer y cómo) y que en ocasiones estas voces internas están cargadas de expectativas o prejuicios negativos que nos limitan. Por ejemplo, “tengo que estudiar, no me apetece, no sé por dónde empezar, siempre lo dejo todo para última hora, soy un desastre, etc.”.

Primero, el terapeuta ayuda a su paciente a reconocer las instrucciones propias que no son beneficiosas. Después, servirá de guía a su paciente, diciendo en voz alta una fórmula alternativa más beneficiosa (modelado). Finalmente, el propio paciente practicará en sus propias autoinstrucciones (en voz alta, en voz baja, y luego de manera interna).

El entrenamiento en autoinstrucciones se utiliza para problemáticas como la baja autoestima, la sensación de ineficacia, etc. Estos problemas hacen que la persona tenga unos diálogos internos negativos, exigentes, confusos, tendentes a asustar. Y bajo esto no pueden realizar con éxito lo que desea o que incluso lo evite. También son muy útiles como complemento a la terapia para la depresión o ansiedad.

Una técnica para observar y aprender una forma de comportamiento más beneficioso de un modelo preparado y capaz. Al observar un nuevo patrón conductual, el paciente va imitando e internalizando nuevas herramientas para hacer frente determinadas situaciones en las que se siente atascado o incapaz. Por ejemplo, decir a alguien algo que necesitamos (asertividad). El modelado se puede realizar en vivo, o mediante la imaginación. El propio terapeuta podrá servir de modelo, o motivar a su paciente que busque modelos de su vida a los que observar para realizar un aprendizaje social.

Suele ser útil en multitud de contextos, para afrontar problemas de comunicación, en las relaciones sociales, en áreas laborales, fobias, etc.

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¿Cómo funciona la Terapia Cognitivo Conductual en Madrid?

La Terapia Cognitivo Conductual es un tratamiento psicológico efectivo y muy extendido en la actualidad. No solo, cuenta con unas bases teóricas bien afianzadas, también con una evidencia clínica favorable: muchos pacientes logran cambios estables en sus vidas. Pero, ¿cómo funciona realmente la terapia cognitivo conductual en la práctica? Para alcanzar los beneficios deseados, este tipo de terapia suele desarrollarse en diferentes fases.

  • Establecer los objetivos de terapia

    Compartir con el psicólogo las situaciones, problemas o síntomas que están siendo dolorosos en nuestra vida. Junto con el terapeuta decidiremos los problemas y objetivos en los que queremos concentrarnos.

  • Comprender el problema

    Identificar qué pensamientos negativos relacionados con nuestros problemas se activan dentro de nosotros, qué consecuencias tienen para nuestro estado de ánimo y cómo limitan nuestro desempeño y adaptación al mundo exterior. También, se identifican las conductas que adoptamos en diferentes situaciones y qué impacto tienen en nuestra calidad de vida.

  • Cambiar comportamientos y conductas limitantes

    Con la ayuda del terapeuta y la aplicación de técnicas cognitivo-conductuales, el paciente progresivamente podrá modificar los pensamientos negativos y conductas limitantes por otros patrones más útiles y beneficiosos. Con el tiempo, estas nuevas formas de pensar y actuar se convertirán en hábitos.

▷ Primera sesión en Terapia Cognitivo Conductual

Durante las primeras sesiones en terapia cognitivo conductual el psicólogo reunirá información importante acerca de nosotros y nuestro problema para poder realizar su diagnóstico y establecer el plan de tratamiento adecuado. Así, nos preguntará sobre qué queremos mejorar y porqué, cuando se inició el problema, su historia de evolución, su intensidad, su frecuencia, etc. Además, es posible que el terapeuta pregunte sobre otros datos relacionados importantes: nuestra salud física, nuestro estilo de afrontamiento emocional, hitos relevantes de nuestra vida presente o pasada, etc. Su objetivo es entender en profundidad nuestra situación actual y su historia para poder intervenir de la manera más afinada y rigurosa posible. Con toda esta información y su experiencia clínica, juntos definiréis los objetivos que marcarán la guía de la terapia.

En esta, primera sesión el psicólogo te informará de cuestiones relevantes del tratamiento. Como son: su enfoque, el método o técnicas que son adecuadas para ti, la duración de las sesiones, etc.

En toda terapia, es muy importante sentirse cómodo con el terapeuta. Ya que tener una buena relación con tu terapeuta es clave para beneficiarte al máximo de la terapia. Así que te animamos en las primeras sesiones a que observes cómo te sientes con él o ella y si no estuvieses a gusto, es mejor hablarlo con el terapeuta y cambiar de profesional.

▷ Tratamiento en Terapia Cognitivo Conductual

Durante el tratamiento cognitivo conductual tu psicólogo te irá ayudando a superar tu problema de base. Siempre desde el respeto, la estricta confidencialidad y mediante un trato empático y cercano. El terapeuta realizará dos tipos de intervenciones generales:

#1 Identificar patrones de conducta y pensamiento inadecuados

El psicólogo dispone de toda una serie de habilidades terapéuticas (empatía, capacidad de hacer preguntas oportunas, etc.), para acompañarte y motivarte a hablar abiertamente de los pensamientos, sentimientos, comportamientos y cosas que te preocupen o molestan. En un primer momento, puede ser normal que notemos dificultad o vergüenza la hora de abrirnos y exponernos. Pero el terapeuta nos ayudará a sentirnos seguros y cómodos muy rápidamente.

En este diálogo, juntos iréis descubriendo muchas cosas. Qué te dices, qué piensas de ti, si te criticas o asustas, etc. Y cómo todos estos diálogos internos te impactan en tu salud mental y conductual. Es decir, te ayudará a ver con objetividad tu mundo interior, y a identificar qué patrones de pensamientos o creencias no te están ayudando a estar bien. También juntos iréis concretando las conductas que no te vienen bien, o aquellas acciones que no haces y te gustaría conseguir.

Esta toma de consciencia ya es muy beneficiosa por sí misma. Ya que empezamos a comprender que nuestro problema tiene un origen y por lo tanto una solución. Durante la fase de identificación y comprensión del problema, vamos generando nuevos significados a las cosas, a través del pensamiento racional, objetivo y cálido.

#2 Cambiar conductas y pensamientos limitantes

La terapia cognitiva conductual suele estar centrada en problemas específicos y por lo tanto el psicólogo en base a los objetivos planteados y a la identificación de patrones cognitivos y conductuales negativos, aplicará las técnicas más adecuadas para poder cambiarlos. Esto implica que en sesión realizarés diversos ejercicios y técnica. Además, el terapeuta puede pedirnos que hagamos tareas para casa. Estas actividades nos ayudan a consolidar y practicar lo que aprendemos durante las sesiones. También nos sirven para estimularnos para que apliquemos lo aprendido en nuestra vida cotidiana, allí donde en realidad necesitamos cambiar.

Hoy en día, los psicólogos utilizamos cada vez más un método integrador. Así que es posible que la mayoría de los psicólogos utilicen la terapia cognitivo-conductual junto con otro tipo de enfoque terapéutica (técnicas de tercera generación, terapia humanista, terapia de trauma, etc.). En la práctica esto no hace si no enriquecer la terapia, ya que el terapeuta puede ampliar su abanico de técnicas de intervención.  Y lo que es más importante, ofrecer un tratamiento psicológico enriquecido y global.

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▷ ¿Cuánto dura el Tratamiento Cognitivo Conductual?

La terapia cognitivo conductual suele ser de las terapias más breves, con una duración media de entre 3 a 6 meses. Aunque al igual que en casi todas las terapias psicológicas, no podemos establecer una duración específica, ya que su duración depende de varios factores. Entre los más importantes encontramos:

  • Gravedad de los síntomas (tipo de síntomas, intensidad, frecuencia, etc.).
  • Tiempo de evolución (a mayor tiempo mayor dificultad).
  • Nivel de estrés que estamos padeciendo y sus consecuencias sobre nuestra salud mental, física o ambiental.
  • Evolución personal. Cada persona responde según su propio ritmo en función de diferentes variables (personalidad, estilo de afrontamiento, etc.).
  • Grado de ayuda que recibimos de otras personas (profesionales, familiares, amigos…).

▷ ¿Se puede hacer la Terapia Cognitivo Conductual Online?

En los últimos años, la psicología online se ha popularizado y llegado a muchas personas que por diversos motivos no pueden desplazarse a las consultas. Quizás por comodidad, o porque su problema limita aun su capacidad de movimiento (fobias, agorafobia, ansiedad, depresión, etc.). La terapia cognitivo conductual se puede realizar online perfectamente, obteniendo unos resultados similares a los conseguidos en una terapia presencial. Todas las técnicas pueden realizarse a través de sesiones de psicología online. El psicólogo trabajará con su paciente de la misma forma: estableciendo unos objetivos de terapia, definiendo el plan de tratamiento y aplicando las técnicas cognitivo conductuales más eficaces según la persona y situación. Es imprescindible para realizar un tratamiento cognitivo-conductual online, de disponer de un espacio con buena conexión a internet y sin interferencias externas.

▷ ¿La Terapia Cognitivo Conductual conlleva algún riesgo?

Es importante saber que esta terapia psicológica no conlleva riesgos, más bien todo lo contrario, su eficacia y utilidad son de gran importancia para mejorar la vida de las personas. Pero es importante saber que, al trabajar con síntomas o situaciones de nuestra vida dolorosas, puede que en algún momento del proceso conectemos con emociones indeseadas. Cuando exploramos sobre nuestros aspectos vulnerables, solemos conectar con el dolor asociado. Pero justamente el poder expresarlo en un entorno seguro y facilitador nos ayudará a superarlo y reducirlo. En cualquier caso, el psicólogo se asegurará en cada sesión de que tu activación emocional se reduzca para que puedas retomar tu vida con la mayor tranquilidad.

Por otro lado, cuando utilizamos técnicas enfocadas al tratamiento de las fobias (por ejemplo: el miedo a conducir) puede que tu psicólogo te anime a enfrentarte a situaciones que preferirías evitar y esto resulte incómodo. Es importante saber que dichas técnicas son fundamentales para la superación de las fobias. Y que el trabajo de exposición se hará de manera progresiva, y potenciando maneras de que te enfrentes a aquello que temes con la debida protección.

En definitiva, si trabajamos con un terapeuta cualificado estos desafíos no nos supondrán tanta molestia ya que nos ayudará a adquirir una serie de habilidades para hacerles frente.

▷ Resultados de la Terapia Cognitivo Conductual

Los estudios demuestran que la mayoría de las personas que han hecho una terapia cognitivo conductual mejoran notablemente, reducen sus síntomas y además, estos se mantienen en el largo plazo. Es cierto que existe la posibilidad de que la terapia no cure un trastorno grave. Pero en la mayoría de los casos sí podemos estabilizar a la persona, sus síntomas y mejorar su calidad de vida. También este tipo de terapia puede que no logre hacer desaparecer una situación dolorosa de nuestras vidas. Pero sin duda, un buen tratamiento nos ofrece la oportunidad de enfrentar la situación de una forma sana, de sentirnos más cómodos y capaces con nosotros mismos, con los demás o con la propia situación dolorosa.

¿Cómo sacar el máximo beneficio de la Terapia Cognitivo Conductual?

Es importante saber que es responsabilidad del terapeuta cognitivo conductual guiarte, asesorarte, motivarte. Gracias a su experiencia clínica pondrá toda su implicación y conocimientos en ayudarte a solucionar tu problema. Sin embargo, suele ayudar mucho al tratamiento que el paciente se involucre y tenga una participación activa. Te contamos algunas pautas.

#1 Prepararnos antes de iniciar la terapia

Antes de empezar, es importante tener en cuenta dos cuestiones que nos ayudarán a sacar provecho de la terapia.

  • Encontrar un buen terapeuta que trabaje con este tipo de terapia. Por un lado, que tenga la formación y experiencia suficiente en terapia cognitivo-conductual. Y por otro lado, con el que pensemos que podemos construir un buen vínculo.
  • Reflexionar sobre cuáles son nuestras verdaderas preocupaciones, síntomas o situaciones que queremos trabajar en terapia. Puede ser un buen momento para hacerse las siguientes preguntas: ¿qué pienso que no está bien en mi vida? ¿qué me gustaría cambiar en mí? ¿qué situaciones me están haciendo daño? ¿qué quiero cambiar para estar mejor?

#2 Implicarse en la terapia

La terapia será más efectiva si participamos activamente en el proceso. Esto implica definir y hacerse cargo de nuestros objetivos, ir tomando nuevas las decisiones, mostrar interés, preguntar, etc. También puedes hacer propuestas, tener sugerencias. Tus aportaciones enriquecerán la terapia y te ayudarán a sentir que tienes el control.

#3 Ser abiertos y sinceros

El éxito de la terapia depende en gran medida de que seamos capaces de compartir con nuestro terapeuta lo que nos sucede de verdad, para que éste pueda establecer un diagnóstico apropiado y luego ir ajustando las técnicas a tu ritmo y evolución.

La honestidad es fundamental en la terapia. Es decir, que tengamos la capacidad de mostrarnos vulnerables, de expresar con franqueza lo que nos asusta, nos duele, nos enfada, nos avergüenza, lo que conseguimos cambiar o no. Solo tú sabes lo que necesitas y cómo vas experimentando las técnicas y los cambios en tu mundo interior y exterior. Muchas veces no queremos hacer daño al terapeuta o tememos su evaluación. Tu psicólogo nunca te juzgará, si no que te animará a comprenderte de la misma forma que lo hace él: con respeto y aceptación. Además, el terapeuta estará siempre abierto a escucharte y tendrá la flexibilidad suficiente para ir modificando o perfeccionando el tratamiento gracias a tus devoluciones.

También, es muy importante que estemos abiertos para recibir nuevos puntos de vista. Quizás nuestro psicólogo nos diga cosas que no nos encajan, o que nos cuestan, o que no comprendemos. Siempre es bueno estar abierto a escuchar, a profundizar y tratar de comprender, para finalmente decidir si creemos que sería bueno para nosotros.

#4 Cumplir con el tratamiento

La terapia cognitivo conductual se basa en gran medida en ir adquiriendo nuevas habilidades. Como todo aprendizaje, se requiere de constancia, repetición, práctica, revisión. En la práctica, es recomendable:

  • Acudir a las sesiones puntualmente y no faltar. La adhesión al tratamiento se correlaciona con el éxito del mismo.
  • Involucrarse con las técnicas durante la sesión. Así podremos aprender nuevas maneras de pensar y actuar.
  • Hacer las tareas acordadas en casa. Nos ayuda a practicar en nuestra vida real, a consolidar los cambios, a reajustar las técnicas, etc.

#5 No esperar resultados inmediatos

Como en toda terapia, los resultados se van consiguiendo con el tiempo. Si bien es cierto que la terapia cognitivo conductual por lo general no suele ser muy larga, la realidad es que no podemos esperar cambios las primeras semanas. Es verdad que muchas personas mejoran al principio. Muchas veces eso se debe al hecho de contar con una nueva relación de ayuda, por la novedad, por la motivación y esperanza inicial. Pero lo cierto es que modificar patrones de pensamientos y comportamientos que llevamos tiempo realizando no es tan rápido. Requiere de altas dosis de comprensión del problema, de práctica y repetición. Tanto en sesión como en nuestros propios contextos vitales. Pero con paciencia, en unos pocos meses los resultados irán dando sus frutos.

#6 Evaluar si la terapia nos está ayudando

Como agentes de nuestro propio cambio, es importante ir viendo que realmente se van produciendo cambios en nosotros. Siempre con la prudencia de saber que no podemos estar bien desde el principio, te animamos a que observes si mejoras, de qué manera lo haces, qué te cuesta más. Muchas veces los cambios pasan desapercibidos, así que tratar de mirar con perspectiva.  Si tras un tiempo nos damos cuenta de que la Terapia Cognitivo Conductual no nos está ayudando. Es importante hablarlo con nuestro terapeuta por si fueran necesarios algunos cambios en la terapia o cambiar de enfoque, o cambiar de terapeuta y finalizar el tratamiento.

Resumen y Conclusiones de la Terapia

Podemos obtener una serie de conclusiones importantes acerca de la Terapia Cognitivo Conductual:

  • Se basa en que los comportamientos humanos son aprendidos en base a nuestra historia vital. Por ello, conductas, emociones y pensamientos están relacionados entre sí. Al cambiar uno de estos podemos modificar el resto.
  • También, cuenta con gran variedad de técnicas que el terapeuta utilizará en función de nuestra problemática.
  • Puede ser utilizada con personas de casi todas las edades para un gran número de problemáticas psicológicas.
  • No hay riesgos en este tratamiento. Pero sí momentos de malestar para el paciente. Por ejemplo: emociones, pensamientos o experiencias dolorosas.
  • Es importante que el terapeuta nos inspire confianza para crear un buen vínculo profesional-paciente. También, es importante analizar qué aspectos de nuestra vida nos gustaría tratar y mejorar.
  • Trabajaremos con el terapeuta para lograr la conversión de factores negativos en otros más saludables.
  • En la primera sesión el terapeuta recaba los datos necesarios sobre nosotros. Nuestro malestar actual y/o pasado y los objetivos que nos planteamos. Esto nos ayudará a saber como va a desarrollarse la terapia.
  • La comunicación y diálogo es importante con nuestro terapeuta. Que conozca en profundidad nuestro mundo interior. Y vaya trabajando con nosotros presencialmente y a través de tareas que nos vaya mandando. Siempre desde la confidencialidad.
  • El enfoque puede ir combinado con otras terapias, dependiendo de nuestras necesidades.
  • Tras la terapia, puede que la situación dolorosa permanezca. Pero habremos adquirido técnicas y hábitos para enfrentarla de una manera saludable.
  • Es importante tener una actitud activa en la terapia. No esperar resultados inmediatos. Hacer las tareas y comunicar nuestro punto de vista sobre la evolución que estamos teniendo.