Los problemas psicológicos son afecciones que impactan negativamente en funcionamiento habitual de una persona, tanto en sus pensamientos y comportamientos, como en sus estados de ánimo. Pueden aparecer de diferentes formas (ansiedad, baja autoestima, depresión, conductas compulsivas, etc.). En general, los problemas psicológicos limitan la capacidad de una persona para vivir una vida satisfactoria y saludable.
¿En qué se diferencia un trastorno de un problema psicológico?
Los trastornos psicológicos son un tipo de problema mental que por su intensidad y/o gravedad, cumple con unos criterios diagnósticos como para ser considerado una patología según los manuales psiquiátricos (por ejemplo, el más usado en España es el DSM-V). Los trastornos mentales son patrones inadecuados de pensamientos, emociones y conductas persistentes que generan un deterioro significativo en la persona. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno de pánico, el trastorno bipolar, etc.
Por su parte un problema psicológico que no llega a ser trastorno, aunque limita la vida de la persona, no interfiere gravemente en la persona, y esta suele ser más funcional en su adaptación al entorno. Esto no impide que el problema psicológico deba ser tratado para mejorar la calidad de vida de la persona y para evitar que se cronifique y acabe derivando en un trastorno psicológico.